Estoy semi-jubilada, con un hijo en su segundo año en la universidad. Afectada por una reducción involuntaria de personal en noviembre de 2018, elegí conducir para una compañía de viajes compartidos para pagar facturas y llegar a fin de mes. Mi razonamiento fue que mi automóvil es un activo valioso y necesito ponerlo a trabajar para mí y mi familia.
Sigo agradecido por la libertad y la flexibilidad de conducir y por poder hacerlo cuando y donde quiera. Las personas a las que sirvo son de todos los ámbitos de la vida: estudiantes, profesionales de la salud, ejecutivos, padres, etc., y me encanta que cada día sea una aventura, ver partes de Massachusetts que normalmente no vería.
No creo que continuaría compartiendo viajes como empleado. Prefiero ser mi propio jefe.